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Trastorno límite de personalidad, conocerse para aceptarse

Los trastornos de personalidad se caracterizan por un patrón de comportamiento des adaptativo muy enraizado, vivido además con malestar emocional, que muestra resistencia y dificultad para generar cambios.

Esta definición se podría trasladar a todos los trastornos de personalidad y en estos incluimos el trastorno límite de personalidad, aunque hoy quiero hablar de su singularidad.

Una de las características que definen al TLP es la imagen distorsionada de uno mismo, la inestabilidad en las relaciones interpersonales tanto a nivel de pareja como de amigos y la afectividad. El sujeto es una montaña rusa de emociones que cambian en periodos muy breves de tiempo y suben de intensidad, de manera exponencial y desproporcionada; serían las llamadas crisis.

Trastorno límite de personalidad, conocerse para aceptarse

Trastorno límite de personalidad, conocerse para aceptarse

Algo importante que hay que añadir en este sentido, es que al contrario de lo que siempre se ha dicho de que la persona que padece TLP es egoísta, caprichosa y manipuladora, o al menos es lo que a simple vista puede parecer ante su comportamiento con los demás, el TLP tiene baja tolerancia a la frustración y además es muy impulsivo, esto unido a la inestabilidad emocional  le lleva a tener  reacciones descontroladas, lo que puede tomarse por manipulación, aunque lo cierto es que todo esto le genera un gran sufrimiento. La explicación que las familias dan mediante la palabra “manipulación”, cuando en realidad es innato, agrava la situación. La incomprensión e invalidación de los que le rodean es otra fuente de conflictos internos y externos.

¿Quiere esto decir entonces, que las familias no pueden hacer nada ante estas situaciones?

Los familiares en primer lugar tienen que informarse de todo lo que rodea a un TLP para tener una mayor comprensión, no pueden tomar solo como referencia las conductas hacia ellos y excluir todo lo demás,  para de este modo actuar  con ellos más acertadamente. Las crisis generalmente se producen en casa con ellos también como protagonistas, entonces también tienen que saber cómo actuar y manejar eso.

Los sujetos con TLP luchan para que su estructura externa no se rompa y tienen un gran miedo al abandono y al rechazo de los demás, les aterra estar solos, una pérdida importante puede dañar gravemente la autoimagen y la autoestima, haciendo cambios también en el pensamiento y comportamiento.

Su inestabilidad emocional les lleva unas veces de sentimientos depresivos, a la ansiedad e irritabilidad que suele durar solo unas horas, también a la ira y sobre todo a la rabia que es un sentimiento muy intenso en ellos.

Con frecuencia tienen pensamientos y amenazas recurrentes de suicidio y conductas autolesivas que nunca deben tomarse como una manipulación o llamadas de atención, hay que tener en cuenta que para llamar la atención de esta forma, tienen que estar sufriendo mucho o no encuentran los  recursos  adecuados, si no lo haría de otra forma menos autodestructiva.

En el manejo de las crisis es muy importante que el sujeto aprenda a pedir ayuda a los demás de forma que no sea rechazado, que tenga un grupo de gente (mejor que una persona solamente) a quien pueda acudir o llamar y que pueda expresar lo que siente sin miedo.

En la terapia el psicólogo le enseña a ser objetivo y a diferenciar que es suyo y por lo tanto está en su interior (emociones) y que es externo (relación con los demás). Nadie puede cuestionar sus emociones, porque es como se siente y solo él lo sabe, aunque es necesario aprender otra forma más adaptativa de reaccionar a las situaciones.

 

Matilde Soto Psicólogos. TFN: 628 628 378